Es una construcción de particular belleza, representativa del arte Barroco Novohispano. La construcción pertenece al último tercio del siglo XVIII, cuyos elementos arquitectónicos, aplicados por el Arquitecto Antonio de Santamaría Incháurregui, le dieron a la casona una relevancia y trascendencia que se refleja hasta nuestros días.
Lleva el nombre de Casa de Alfeñique desde 1790 por su fachada ricamente decorada que parece hecha de pasta de azúcar, clara de huevo y almendras, denominado en España "dulce de Alfeñique".
Dicho inmueble fue encargo de su propietario el maestro herrero Juan Ignacio Morales, la casa perteneció a la familia Morales hasta 1874. (84 años).
El segundo propietario de la Casa de Alfeñique, fue Don Alejandro Ruiz Olavarrieta, fundador y patrono del Monte de Piedad Vidal Ruiz hasta 1896, año en que la cedió a la Beneficencia Pública del Estado y treinta años más tarde, el 5 de Mayo de 1926, durante el periodo del gobernador del Estado de Puebla, el C. Claudio N. Tirado, se convirtió en el primer museo del Estado de Puebla: El Museo Regional del Estado.
Colección
El ahora Museo Casa de Alfeñique alberga una colección de mil quinientas piezas aproximadamente, en 16 salas de exhibición, en las que se encuentran en la planta baja, un carruaje que fue utilizado por el gabinete presidencial de Porfirio Díaz y un carruaje utilizado por personalidades del Clero.
En el entrepiso se encuentran 6 salas en las que se exhiben temas como Vida cotidiana de los siglos XVIII y XIX; Talavera poblana; la China poblana, Gastronomía poblana; dulces típicos regionales y una sala de exposiciones temporales donde se podrán apreciar diferentes representaciones artísticas de diferentes épocas.
En la planta alta se representa el uso de la casa habitación en los siglos XVIII y XIX, de cuando la Casa de Alfeñique fue casa habitación, con mobiliario de estilo renacentista y chippandale de origen francés y elementos procedentes de Europa, bodegones, óleos religiosos, y objetos de cristal y esculturas, tanto en la habitación, en la sala de costura, en la sala de recepción, como en el despacho, el comedor, la sacristía y la capilla y también cuenta con una cocina típicamente poblana.